miércoles, 7 de abril de 2010

Fruto prohibido

Y aqui te he traido
de este, tu fruto predilecto,
que inunda fronteras de insomnio
y parajes, de frutos secos.

Te obsequio
de esta semilla
el dulce aroma de lo incierto
el pudor de los cielos estrellados
y del mar embravecido, su aliento.

Se agota
y de aquel sendero que retuerce el caminante
se envenena,
se marchita,
porque ningun cruel espanto
palpará tu viña;
tu sendero será inagotable como la luna.
De tu mano
estos frutos fluyen de agua partida
de ese aliento,
de esa brisa,
de ese espanto,
de esa sonrisa,
mis semillas sembrarán el fruto
que de humano se ha llamado prohibido

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